Energía: la justa y necesaria

Las kcal producen mucha energía y deben de consumirse con precaución

Al hablar de energía, a menudo la imaginamos como esa fuerza que nos hace ser dinámicos y positivos, “llenos de energía”.

Nutricionalmente hablando, la energía se mide en kilocalorías y proviene de la dieta. Y si bien es cierto que es vital para el funcionamiento del organismo, un exceso de energía se traduce en un incremento de grasa corporal. Esto facilita el camino a la aparición del sobrepeso y la obesidad.

Un exceso de energía no siempre es bueno

La obesidad va siempre ligada a un aumento de la resistencia a la insulina, por lo tanto, un objetivo prioritario de las personas con diabetes (especialmente del tipo 2) es la reducción de peso.

Al recuperar el peso adecuado, se mejora la tolerancia del cuerpo a la glucosa. En DM tipo 1, una reducción de peso va siempre unida a un menor requerimiento de insulina.

La aportación energética procedente de la dieta ha de ser la que permita tener y mantener el peso adecuado. Para lograr este objetivo,puede pedir ayuda a su médico o dietista, siempre informándole del tipo de diabetes que tiene y asegurándose que le facilitan una dieta equilibrada y adecuada a sus necesidades.

Si la persona en cuestión ya está en su peso ideal los requerimientos energéticos serán los mismos que los de una persona sin diabetes, de su misma edad, talla, peso y sexo. Si por el contrario dicha persona tiene sobrepeso u obesidad, el aporte energético debe ser menor.

La finalidad es la de eliminar el exceso de peso de una forma lenta y gradual, y supervisada siempre por un dietista que nos asesore y nos ayude en el control del peso corporal para evitar desjuntes metabólicos.

En una dieta equilibrada para un persona con diabetes, la cantidad de energía total (Kcal totales) debe proceder en su mayor parte de los hidratos de carbono (55-60% del total). Se ha de priorizar los que tengan un Índice glucémico bajo como las verduras y los cereales integrales y evitar los azúcares.

Las grasas o lípidos no deben de sobrepasar nunca el 30% del aporte calórico total (se traduce en muy poca cantidad diaria) y la energía procedente de proteínas debe ser aproximadamente del 15%.

Referencias:

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La información proporcionada en este artículo no reemplaza la relación entre el profesional sanitario y su paciente. En caso de duda, consulte siempre a su profesional sanitario de referencia.