Obesidad y diabetes tipo 2: Relación, riesgos y tratamiento

Obesidad y diabetes tipo 2

La obesidad lleva años (incluso décadas) siendo un problema de salud con un gran impacto social y económico en los países europeos. La obesidad y el sobrepeso, como veremos, están directamente relacionados con la diabetes tipo 2.

La gran oferta de productos alimentarios, la escasa regulación en el uso de azúcares añadidos en la industria alimentaria, y el frenético ritmo en nuestro día a día, provoca que nos falte tiempo para hacer la compra, preparar comida casera y saludable, y dedicar tiempo suficiente a la actividad física.

Según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), en torno a un 16% de las personas mayores de 18 años padecen obesidad en España. El índice de hombres con sobrepeso alcanza el 44%, y el 30% en mujeres. También en la infancia y en la adolescencia los datos de obesidad y sobrepeso son elevados. Se estima que más del 20% de los menores de edad tienen exceso de peso. Puedes ver los datos de distintos estudios en esta tabla resumen sobre prevalencia de sobrepeso y obesidad infantil en España.

¿Cómo se relacionan obesidad y diabetes tipo 2?

El 90% de las personas con diabetes tipo 2 también padece sobrepeso u obesidad. En el caso de las personas con obesidad, el riesgo de padecer diabetes es tres veces mayor al de las personas que no tienen obesidad.

La edad avanzada, la predisposición genética (¿hay casos de diabetes tipo 2 en tu familia?) y el sedentarismo, son factores que también influyen en la aparición de la diabetes tipo 2.

Manejando la diabetes

Cuando comemos más calorías de las que necesitamos, el cuerpo las acumula en forma de grasa, que es una forma de reserva de energía. Esto hace que necesitemos producir más insulina para poder acumular estas energías en el tejido graso. Si esto es puntual, el organismo no se resiente (está preparado para un atracón de vez en cuando). El problema aparece cuando le exigimos a nuestro cuerpo, concretamente al páncreas, que realice este sobre esfuerzo constantemente.

Podríamos comparar un exceso habitual de calorías ingeridas, con un coche que es conducido siempre con un exceso de revoluciones en el motor. Con el tiempo las piezas se deterioran, y si además no procedemos con las revisiones y mantenimientos pertinentes, los problemas aparecen antes. El cuerpo humano funciona igual, está diseñado para una «conducción» suave, y prefiere los ritmos constantes. Se adaptará a una «aceleración» puntual, pero se resentirá si vamos siempre «pasados de revoluciones»

La resistencia a la insulina en la Diabetes tipo 2

A medida que se acumula grasa en el cuerpo, la glucosa tendrá más dificultades para llegar a todas las células. Es lo que conocemos como resistencia a la insulina. Si a esto le sumamos el trabajo extra que acumula el páncreas generando tanta insulina como puede para que la glucosa pueda ser absorbida, se pueden formar «atascos» de glucosa en el torrente sanguíneo.

Esto provoca que la glucosa se acumule y desvíe hacia otros órganos, y la insulina fabricada en el páncreas deja de ser suficiente para absorber tanta glucosa.

Por tanto, la diabetes tipo 2 puede ocurrir como consecuencia de varias alteraciones del metabolismo que se van dando poco a poco y de forma sostenida en el tiempo.

Riesgos de la obesidad y de la diabetes tipo 2

El sobrepeso y la obesidad, tienen un claro impacto en el descenso de la calidad de vida de las personas. Nos cansamos más en nuestras actividades diarias, nos limita en ciertas actividades y puede influir negativamente en cómo nos sentimos con nuestro cuerpo y aspecto físico. Pero además de estos inconvenientes, la fisiología (es decir, las funciones) del organismo también se resienten de las siguientes formas:

  • Se acelera la arteriosclerosis, o depósitos de placas de colesterol y estrechamiento de las arterias. Aumentando así el riesgo de infarto de miocardio e ictus cerebral.
  • Es posible que dificulten la circulación de la sangre en las extremidades inferiores, haciéndolas más susceptibles a infecciones o traumatismos de difícil curación.
  • El propio peso del cuerpo puede afectar a las estructuras óseas. Si además añadimos la dificultad para hacer deporte y el debilitamiento muscular, el resultado es un aumento de lesiones y mayor dificultad en la recuperación.

Si a consecuencia de la obesidad, se desarrolla y diagnostica la diabetes tipo 2, el problema se agrava. Si no tratamos bien la enfermedad, se pueden ver afectados el hígado, el riñón y el corazón, además de la función sexual y problemas de circulación que pueden tener consecuencias irreversibles.

Obesidad y diabetes

Tratamientos para la obesidad y diabetes tipo 2

Se suele decir que el tratamiento de la diabetes tipo 2 es un taburete de tres patas. Si falla una de ellas, el tratamiento no funciona. Las tres patas son: Alimentación, actividad física y medicación. Cada una de ellas es tan importante como las demás, así que no servirá, por ejemplo, hacer más deporte si no cambiamos también nuestros hábitos alimentarios.

Alimentación para prevenir la diabetes tipo 2

En cuanto a la alimentación, es crucial eliminar por completo los alimentos ultraprocesados y las bebidas azucaradas. También comer más fruta y verdura y reducir el consumo de pastas y harinas (especialmente las refinadas) e hidratos de carbono en general, y comer más carnes blancas y pescado en detrimento de las carnes rojas.

En nuestra sección ALIMENTACIÓN, encontrarás muchos consejos, te recomendamos algunos:

Actividad física para mantener el peso

Cuando una persona tiene sobrepeso u obesidad, gasta más energía en las actividades diarias debido a su propio peso. Esto provoca también que deba comer más para obtener esta energía. Es un pez que se muerde la cola, y si queremos ponerle remedio la actividad física es esencial.

A principio, para ir creando el hábito, es recomendable empezar con actividades que no supongan un esfuerzo excesivo. Salir a caminar en vez de quedarte viendo una película es un cambio muy relevante. No hace falta que salgas a correr, únicamente caminar.

Añadiendo progresivamente nuevos hábitos de actividad a tu rutina, y sin descuidar los cambios en la dieta, notarás los beneficios a medio plazo. No es recomendable implementar cambios radicales, no suelen funcionar.

En nuestra sección DEPORTE, te damos consejos para que mejores tu forma física:

La Medicación, la otra pata del tratamiento

Los profesionales sanitarios deben valorar qué tratamientos te podrían ayudar según sea el caso. En concreto, para la diabetes tipo 2 existe una familia de medicamentos que, como beneficio adicional al control de la glucemia, añade una pérdida de peso, en la mayoría de los casos significativa.

Consulta con tu médico de referencia para que evalúe tu caso. Es importante que seas sincero cuando te pregunte sobre tus hábitos de vida, los tendrá en cuenta para determinar el mejor tratamiento para ti.

Para saber más

A continuación te dejamos los enlaces directos a nuestras guías, en las que encontrarás toda la información necesaria relativa a la diabetes:

Referencias:

Compartir artículo

La información proporcionada en este artículo no reemplaza la relación entre el profesional sanitario y su paciente. En caso de duda, consulte siempre a su profesional sanitario de referencia.