Las rosquillas son un dulce ideal para el desayuno, pero suelen contener una cantidad de azúcar que las convierte en un capricho poco recomendado para personas con diabetes.
En esta receta encontrarás una alternativa a las clásicas rosquillas rebosantes de azúcar. La calabaza, con su sabor dulce y agradable al paladar, es una alternativa ideal para que disfrutes de un postre o un desayuno tierno y esponjoso, que será el complemento perfecto para que disfrutes de un día redondo.
- 250 gr. de calabaza
- 70 gr. de harina de avena
- 4 huevos
- 5 gr. de stevia
- 50 gr. de mantequilla
- 40 gr. de cacao en polvo sin azúcar (opcional)
- 12 gr. de levadura química
- 1 pizca de sal
- 1 cucharada de café de stevia
- Saca la mantequilla del frigorífico
- Hierve la calabaza unos 15 minutos, hasta que esté blanda
- Precalienta el horno a 180º C
- Tritura la calabaza cocida juntamente con los huevos, la harina de avena, la mantequilla a temperatura ambiente y el cacao en polvo.
- Añade la stevia, una pizca de sal y la levadura.
- Amasa durante unos cinco minutos hasta conseguir una textura homogénea.
- Haz bolas de masa y aplánalas con el rodillo.
- Haz los agujeros centrales con un cuchillo o un molde redondo.
- Con la masa sobrante de los agujeros, puedes hacer una rosquilla.
- Coloca las masas en una bandeja y hornea durante 20-25 minutos.
- Deja enfriar al menos durante dos horas y... ¡A disfrutar!
*Información nutricional basada en el cálculo total de los ingredientes.