El impacto de las políticas de salud pública en la gestión de la diabetes es un tema amplio y que tiene muchas caras, y abarca desde la prevención y detección temprana hasta el tratamiento y el control a largo plazo de la enfermedad a través del sistema nacional de salud.
Las políticas de salud pública pueden influir significativamente en la calidad de vida de las personas con diabetes y en la capacidad de los sistemas de salud para manejar eficazmente esta condición crónica, y ahí radica su importancia. Cualquier ámbito de la vida puede estar condicionado por la política y las leyes, y conviene saber cuál es el posible impacto de las diferentes medidas que se toman, y su alcance.
Prevención
La prevención, siempre y cuando sea posible, es la primera linea de actuación ante cualquier posible enfermedad. Si bien la diabetes tipo 1 no se puede prevenir, la diabetes tipo 2 (el tipo más habitual), está fuertemente relacionado con ciertos hábitos poco saludables como el sedentarismo o el sobrepeso y la mala alimentación.
Las políticas de salud pública han de fomentar estilos de vida saludables, así como dar a conocer los riesgos de ciertos hábitos, para mejorar la prevención de ciertas enfermedades y problemas asociados.
Detección temprana y diagnóstico
La detección temprana y realizar un correcto diagnóstico, pueden marcar la diferencia a la hora de mejorar la calidad de vida de los pacientes. En el caso de la diabetes, la detección temprana puede contribuir a evitar complicaciones derivadas de mantener niveles elevados de glucosa durante demasiado tiempo.
El diagnóstico permite empezar el tratamiento necesario cuanto antes, y por lo tanto, mejorar la calidad de vida de la persona con diabetes. Las políticas públicas que promuevas la sanidad pública, y doten a los profesionales de los medios y recursos adecuados, son necesarias y contribuyen a una población más sana.
Acceso al tratamiento
Las políticas que mejoran el acceso al tratamiento para las personas con diabetes son fundamentales. Esto incluye la provisión de las herramientas necesarias y los medicamentos esenciales, como la insulina, a precios asequibles, as así como el acceso a servicios de atención médica especializada.
La cobertura universal de salud y los programas de subsidios pueden desempeñar un papel importante en este aspecto.
Educación y manejo de la enfermedad
La educación de pacientes y familias sobre el manejo de la diabetes es vital. Las políticas que promueven programas educativos pueden mejorar significativamente el autocuidado de las personas con diabetes, incluyendo el monitoreo de la glucosa en sangre, la administración de insulina, la dieta, y el ejercicio.
Esto puede llevar a una mejor calidad de vida y a la reducción de complicaciones a largo plazo.
Investigación y desarrollo
El apoyo gubernamental a la investigación y el desarrollo en el campo de la diabetes puede conducir a innovaciones en el tratamiento y manejo de la enfermedad. Esto incluye la financiación de estudios sobre nuevas terapias farmacológicas, tecnologías de monitoreo de glucosa, y estrategias de prevención.
La participación de entidades públicas en la investigación médica es importante, y permite llevar a cabo estudios que de otro modo quizás no sería posible.
Algunos casos recientes en España…
Desde el gobierno central, y los diferentes gobiernos autonómicos, se impulsan propuestas públicas que pueden contribuir a mejorar la salud y la calidad de vida de los ciudadanos.
Es, por ejemplo, el caso de una iniciativa de la Comunidad de Madrid llevada a cabo a finales de 2023, en la que se entregaron sensores de monitorización continua de glucosa a más de 20000 personas que cumplieran ciertos criterios. Además, se acompañó con la creación de un estudio sobre la experiencia en varios centros de salud en ubicaciones opuestas, con diferentes condiciones socioeconómicas, para obtener información sobre los pacientes y poder personalizar la asistencia.
Otro ejemplo es el convenio firmado por dos asociaciones como la Federación Española de Diabetes (FEDE), y la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI), con el objetivo de establecer un marco de colaboración para el desarrollo conjunto de diversos proyectos en los que puedan cooperar, así como para la realización de actividades que fomenten la educación en diabetes, y la mejora de la asistencia sanitaria.
Las instituciones deben participar y favorecer acciones e iniciativas que sean de utilidad para la ciudadanía, especialmente aquellas que tengan relación con el ámbito de la salud y el bienestar, y que puedan afectar a la población más vulnerable o desfavorecida.