El Alzheimer es una enfermedad neurodegenerativa que produce un deterioro en las funciones cognitivas de quien la padece. Las neuronas de las personas con Alzheimer se ven dañadas, y con el paso del tiempo, pierden la capacidad de funcionar correctamente, causando problemas de memoria, orientación, movilidad, e incluso llegando a afectar al habla y a funciones básicas de nuestro día a día.
En los casos donde este tipo de demencia es leve, las funciones cognitivas todavía no se ven muy afectadas y la persona con Alzheimer puede ser autónoma, ya que no experimenta más que algunas dificultades relacionadas con la memoria. Sin embargo, cuando avanza la enfermedad y las funciones cognitivas se ven seriamente afectadas, la dificultad para llevar a cabo tareas simples aumenta.
La diabetes requiere cierta organización para poder gestionarla de forma correcta, especialmente en los casos en los que se necesite tratamiento con insulina. La demencia es una dificultad añadida al buen control de la diabetes, que del mismo modo que ocurrirá con otros aspectos básicos y diarios, necesitará supervisión y ayuda para poder controlarse.
Cómo gestionar la diabetes en una persona con Alzheimer
Como decíamos, las personas con Alzheimer que se encuentren en fases avanzadas, ven seriamente afectadas sus funciones cognitivas, por lo que algunas tareas rutinarias y sencillas pueden convertirse en una dificultad. El tratamiento de la diabetes requiere realizar mediciones, llevar un control de los niveles de glucosa en sangre que nos indique nuestro estado actual, contar los carbohidratos de las comidas para adaptar la pauta de insulina, y otros aspectos diarios que son importantes.
Si la persona con Alzheimer se encuentra en una fase poco avanzada de la enfermedad, la organización y planificación mediante alarmas, notas, u otras herramientas que sirvan de recordatorio, pueden ser de gran ayuda para evitar despistes u olvidos que dificulten el control de la glucemia. Pero llegados a cierto punto, la persona con Alzheimer requerirá supervisión y cuidados por parte de un cuidador profesional o un familiar (depende de cada caso), y la gestión de la diabetes recaerá sobre esta persona.
Mediciones de glucosa
Llevar el control de la glucemia en una persona con Alzheimer, puede ser complejo. La forma habitual es mediante pinchazos para obtener una gota de sangre y obtener la medición en el glucómetro mediante la tira reactiva, pero el Alzheimer puede causar alteraciones en el comportamiento que dificulte el poder hacer la medición, y si la memoria está afectada de forma severa, puede que no recuerde que tenga que hacerla, o por qué la hace.
Los sistemas de monitorización continua pueden ser una buena alternativa, ya que minimizan el impacto del control diario mediante pinchazos al funcionar mediante un sensor fijo y una herramienta (el mismo smartphone puede servir en muchos casos) para obtener los datos que necesitamos.
Alimentación
La alimentación es una parte importante para mantener la diabetes bajo control, pero las personas con Alzheimer pueden tener problemas de deglución y necesitar adaptar la dieta para evitar atragantamientos y obstrucciones en las vías respiratorias.
También puede darse el caso de que la persona con Alzheimer ingiera cosas que no debe, o que coma más de la cuenta, dificultando así el control de la diabetes.
Frutas y verduras con índices glucémicos bajos, alimentos triturados que faciliten la digestión y la deglución si es necesario, controlar las temperaturas para evitar lesiones… estas son recomendaciones básicas en cuanto a la dieta, que debe adaptarse de forma que los niveles de glucosa no se disparen.
Mantener horarios habituales para las comidas, utilizar cuchillos y tenedores que tengan un agarre fácil y supongan menos riesgo y permita que coma solo, y hacer que mantenga siempre una buena hidratación, son otros aspectos relacionados con la alimentación que hay que tener en cuenta.
Existen algunos aspectos que conviene tener en cuenta a la hora de tratar con una persona con Alzheimer, si además tenemos que ayudarla a gestionar su diabetes:
- Comunícate con ella siempre que puedas, y como puedas. De forma clara y sencilla, que te entienda bien, y con paciencia y calma si no recuerda algo o si se equivoca de alguna manera o no entiende todo lo que dices.
- Las rutinas funcionan y ayudan a recordar. Realizar siempre las mismas tareas a la misma hora, puede ser útil a la hora de mecanizarlas y recordarlas con más facilidad.
- Incentiva su autonomía en la medida de lo posible. Del mismo modo que cada persona con diabetes es diferente, cada persona con Alzheimer también lo es. La enfermedad puede avanzar a diferentes ritmos respecto a otra persona, y hay funciones que pueden verse más afectadas que otras, pero mantener al máximo su autonomía es siempre una buena idea. Ayuda cuando sea necesario, pero deja que haga todo lo que pueda, siempre bajo supervisión si puede haber algún riesgo.
- Simplifica.
Si algo puede hacerse de forma fácil, hazlo fácil. Cuantos menos pasos, más fácil recordarlos, y menos errores puede cometer. En algunos casos, si comete demasiados errores, puede enfadarse o decidir no hacer más cierta actividad por frustración o por generarle agitación.
El Alzheimer, igual que la diabetes, no tiene cura. Cuando se dan los dos casos a la vez, conviene consultar con profesionales médicos que nos den las pautas adecuadas de forma personalizada para poder gestionar bien ambas situaciones. Además, está la dificultad añadida del avance del Alzheimer, que hará que sea necesario ir adaptándose de forma progresiva al aumento del deterioro de las funciones cognitivas.
En ambos casos, la prioridad siempre es el bienestar y el cuidado de la persona con Alzheimer, por lo que mantener su diabetes bien controlada será de vital importancia para evitar complicaciones que empeoren su calidad de vida.
Referencias:
- Alz.org. Diabetes and cognitive decline. Consultado el 22 de junio de 2023.
- Konexion Alzheimer. ¿Qué es el Alzheimer?. Consultado el 22 de junio de 2023.