La actividad física es una herramienta fundamental para mantenernos saludables. No es una simple cuestión estética, sino que está sobradamente demostrado el impacto positivo del deporte en nuestro organismo a diferentes niveles, tanto físico como anímico.
Somos conscientes de que hacer deporte requiere tiempo, dedicación, y esfuerzo. A menudo, antes que estar sudando mientras corremos, o sufriendo en un gimnasio haciendo ejercicios de fuerza, preferiríamos estar tranquilamente tirados en el sofá, o en una terraza tomándonos un café en buena compañía. Sin embargo, la pereza no puede ser excusa, y hemos de mantenernos activos.
El ejercicio puede ayudarnos a mejorar el control de nuestros niveles de glucosa en sangre, y como siempre decimos en Soluciones para la Diabetes, es un pilar fundamental junto con la alimentación y el tratamiento. Hoy queremos hablar sobre cómo mantenernos motivados para que la pereza, o las excusas, no venzan a las ganas de hacer deporte. ¡Empezamos!
Motivación para hacer ejercicio
Sí, sabemos que es mucho más fácil decirlo que hacerlo, pero la motivación es una herramienta poderosa que puede ayudarnos a mejorar nuestro rendimiento, y nuestras ganas de movernos.
No siempre será fácil, y puede que no siempre sepamos cómo, así que esperamos que las recomendaciones que veremos a continuación os sean de ayuda para que podáis alcanzar vuestros objetivos, sean cuales sean.
Establecer metas realistas y alcanzables: Define objetivos claros y específicos para tu programa de ejercicio, como caminar 30 minutos al día, tres veces por semana, o completar una clase de ejercicio aeróbico cada semana. A medida que alcances tus metas, establece nuevos desafíos para mantenerte motivado. Es fácil desmotivarse si nos marcamos objetivos imposibles, ya sea por nuestra capacidad, o porque no tendremos tiempo suficiente para alcanzarlo.
Encuentra actividades que disfrutes: Elige actividades físicas que te gusten y te diviertan, ya sea caminar, nadar, bailar, montar en bicicleta o practicar yoga. Si disfrutas de lo que haces, será más probable que te mantengas motivado a largo plazo. No sirve de nada forzarse a hacer ejercicio, si además no vas a divertirte o disfrutar un poco de lo que haces.
Variar tu rutina de ejercicio: Incorpora una variedad de actividades físicas en tu rutina para evitar el aburrimiento y mantener el interés. Prueba nuevas clases de ejercicio, actividades al aire libre o deportes en equipo para mantener tu programa de ejercicio fresco y emocionante. Hacer siempre lo mismo puede ser aburrido, y si nos aburrimos…
Haz ejercicio con un amigo o familiar: Busca un compañero de ejercicio que comparta tus mismas metas y te motive a mantenerte activo. Hacer ejercicio con un amigo o familiar puede hacer que el ejercicio sea más divertido y social, y proporcionarte apoyo y motivación adicional. Siempre es más fácil, en esos días en los que estamos más cansados y la pereza nos puede, activarnos si tenemos alguien con quien hacerlo.
Programa tu ejercicio como una prioridad: Haz del ejercicio una parte regular de tu rutina diaria y prográmalo en tu calendario como lo harías con cualquier otra cita importante. Trata el ejercicio como una parte integral de tu cuidado personal y prioriza tu salud y bienestar. Los hábitos adquiridos con el tiempo, son más sencillos de llevar a cabo.
Celebra tus logros: Reconoce y celebra tus logros y progresos, por pequeños que sean. Ya sea que hayas alcanzado una nueva meta de distancia o tiempo, hayas levantado más peso, hayas mejorado tu resistencia o hayas perdido peso, tómate un momento para celebrar tus logros y recompensarte por tu arduo trabajo.
Estar motivado es importante para mantener la constancia en cualquier proyecto a largo plazo, y la actividad física siempre debe verse como algo que debemos mantener en el tiempo, sea cual sea nuestro objetivo.
Las ventajas de hacer ejercicio son muchas, y el esfuerzo que conlleva siempre tiene recompensa. ¿A qué esperas para volver a ponerte en forma?