El tabaquismo es un hábito muy perjudicial, pero lo es especialmente en personas con diabetes.
A la pérdida de capacidad pulmonar que limita la actividad física, hay que añadir las repercusiones que fumar tiene en los niveles de presión arterial, el aumento del riesgo de padecer cáncer y el efecto negativo en la calidad de vida general de la persona fumadora.