La glucemia es un concepto que las personas con diabetes conocen (o deben conocer) bien. Hace referencia a la concentración de glucosa libre en sangre, uno de los principales valores de referencia en la diabetes, y un indicador sobre nuestra salud.
Si los niveles de glucemia están por encima o por debajo de los valores recomendados, corremos el riesgo de padecer una hipoglucemia o una hiperglucemia. En ambos casos, independientemente de nuestra condición (aunque sobre todo en personas con diabetes), son un riesgo y una señal de que algo no funciona correctamente, y puede acarrear problemas en el futuro.
Los niveles de glucemia pueden verse alterados por nuestras acciones, como por ejemplo ingerir alimentos, o realizar alguna actividad física. Hoy nos gustaría hablar sobre la glucemia en períodos largos en los que no hemos comido
¿Qué es la glucemia en ayunas?
Si la glucemia es la concentración de glucosa en sangre, la glucemia en ayunas es la concentración de glucosa en sangre tras un periodo en el que no hemos ingerido alimentos durante al menos 8 horas.
La glucemia en ayunas también es utilizada como referencia para diagnosticar diabetes o prediabetes, ya que muestra valores que no han sido alterados por alguna acción que hayamos llevado a cabo. Esta prueba, que consiste en la medición de los niveles de glucosa en plasma sanguíneo, mediante la extracción y posterior análisis de sangre, puede indicar si los valores son correctos o si, por el contrario, no lo son.
Los valores normales de glucemia en ayunas están entre 70 y 100 mg/dl (3.9 y 5.6 mmol/l). Si los niveles se encuentran entre los 100 mg/dl y los 125 mg/dl, podrían indicar un estado previo a la diabetes, y deberíamos consultar con un profesional médico las opciones disponibles para retrasar la aparición de diabetes, o para impedir su desarrollo en casos de diabetes tipo 2.
En los casos en los que la glucemia en ayunas sea superior a 126 mg/dl, hablaríamos de diabetes, y convendría tratarla de forma adecuada para evitar complicaciones derivadas de un mal control.
También conviene destacar que existen algunos fenómenos que, tras pasar la noche durmiendo y sin ingerir alimentos, pueden alterar los valores de glucosa en sangre por la mañana. Esta situación se conoce como efecto Somogyi o efecto del alba, en la que tras una hipoglucemia nocturna de la que no hemos podido ser conscientes al estar durmiendo, se genera una hiperglucemia que altera nuestra glucemia.
¿Cómo reducir los niveles de glucosa en sangre?
Antes de nada, es importante tener en cuenta la causa de los valores alterados de glucemia. En casos en los que tengamos diabetes, la causa principal es el mal funcionamiento o la ausencia de la insulina, una hormona que se produce en el páncreas, y que contribuye a regular los niveles de azúcar en sangre, transportándolo a las diferentes células del cuerpo, que lo utilizan como energía.
En este caso, el tratamiento con insulina será clave para poder controlar el aumento de los niveles de glucosa en sangre, ya sea de forma oral, mediante inyecciones, o con sistemas más novedosos como las bombas de insulina u otros sistemas de infusión.
Pero si no tenemos diabetes, y como hemos visto en párrafos anteriores, tener valores altos de glucosa en sangre puede ser una señal de estar en proceso de desarrollo de diabetes tipo 2, que es la forma más común de diabetes.
Estas son algunas recomendaciones generales, pero como siempre recordamos, es conveniente acudir a un profesional médico para que revise nuestro caso de forma personalizada:
- Mantente activo: La actividad física mejora la sensibilidad a la insulina, y ayuda a reducir los niveles de glucosa en sangre. A esto hay que sumarle todos los beneficios de una vida activa, en general.
- Cuida tu alimentación: Una dieta saludable, variada, y rica en vegetales, fruta, proteína y grasas saludables, en la que no abusemos de los hidratos de carbono (que siguen siendo necesarios, por supuesto), será una buena aliada. Igual que con el deporte, una alimentación sana es importante para nuestro organismo.
- Vigila tu peso: Tiene mucha relación con los puntos anteriores, ya que la dieta y el ejercicio físico nos ayudarán a evitar el sobrepeso y los riesgos del sedentarismo, que son factores de riesgo para la diabetes tipo 2.
- Controla tu glucemia: Si ya has hecho alguna medición, y tu nivel de glucosa en sangre estaba por encima de lo normal, hacer comprobaciones rutinarias puede ser de ayuda para llevar un mejor control de la situación.
Es importante insistir en que debemos contar con la supervisión y ayuda de un profesional médico, para que nos indique la mejor forma de revertir o controlar esta situación. También para que nos guíe y aconseje cualquier modificación en nuestro estilo de vida, que pueda tener influencia en los niveles de azúcar en sangre.
Referencias:
- Mediline Plus. Manejo de su glucemia. Consultado el 17 de abril de 2024.
- A. Menarini Diagnostics. Guia práctica de introducción a la diabetes. Consultado el 17 de abril de 2024.
- Diabetes UK. Impaired Fasting Glycemia. Consultado el 17 de abril de 2024.