Hidratación y diabetes: la importancia del agua en el control glucémico

Un vaso de agua

Con motivo de la celebración del Día Mundial del Agua, celebrado el 22 de marzo, nos brinda una oportunidad perfecta para reflexionar sobre la importancia del agua en nuestra salud.

Para las personas con diabetes, una adecuada hidratación juega un papel fundamental en el control glucémico y en la prevención de complicaciones.

Breve historia del Día Mundial del Agua

El Día Mundial del Agua fue proclamado por la Asamblea General de las Naciones Unidas y se remonta a la Conferencia  del Medio Ambiente y el Desarrollo, conocida también como la Cumbre de la Tierra, celebrada en Río de Janeiro en 1992. Cada año, se elige un tema diferente para destacar los desafíos globales relacionados con el agua, como el acceso potable, el saneamiento y la conservación.

La relación entre el agua y la diabetes

El agua es un recurso esencial para la vida y, en el caso de la diabetes, cumple funciones cruciales:

  1. Regula los niveles de glucosa en sangre: Una hidratación adecuada ayuda a los riñones a eliminar el exceso de glucosa a través de la orina.
  2. Previene la deshidratación: Las personas con hiperglucemia pueden perder líquidos con mayor rapidez debido a la diuresis osmótica, lo que puede llevar a deshidratación si no se compensa con suficiente ingesta de agua.
  3. Favorece el metabolismo: Mantenerse bien hidratado mejora el metabolismo y la circulación sanguínea, ayudando a prevenir complicaciones cardiovasculares, comunes en personas con diabetes.
  4. Contribuye al control del peso: Beber agua antes de las comidas puede ayudar a reducir la ingesta calórica y mejorar la saciedad, beneficiando el control del peso, un aspecto clave en la diabetes tipo 2.

¿Cómo influye la deshidratación en la glucosa en sangre?

Cuando el cuerpo no recibe suficiente agua, los niveles de glucosa en sangre pueden aumentar. Esto ocurre porque la sangre se vuelve más concentrada, lo que dificulta el transporte de glucosa a las células. Además, la falta de agua impide la correcta eliminación de glucosa a través de la orina, favoreciendo la hiperglucemia.

Algunos síntomas de deshidratación incluyen:

  • Boca y piel secas
  • Fatiga
  • Dolor de cabeza
  • Orina oscura y de olor fuerte
  • Mareos o confusión Si se presentan estos síntomas, es crucial aumentar la ingesta de agua de inmediato.

¿Cuánta agua debería consumir una persona con diabetes?

No hay una cantidad exacta aplicable a todos, ya que la necesidad de agua varía según la edad, el peso, el nivel de actividad física y el clima. Sin embargo, una recomendación general es beber entre 1.5 y 2 litros de agua al día. En caso de actividad física intensa o altas temperaturas, esta cantidad debería aumentar.

Consejos para mejorar la hidratación en personas con diabetes

  1. Prioriza el agua natural: Evita bebidas azucaradas, jugos industriales y refrescos, ya que pueden elevar rápidamente la glucosa en sangre.
  2. Incorpora infusiones y caldos: Tés e infusiones sin azúcar, así como caldos naturales, pueden ser una excelente forma de mantener una hidratación adecuada.
  3. Consume alimentos ricos en agua: Frutas y verduras como el pepino, sandía, tomate y espinacas aportan hidratación adicional.
  4. Lleva siempre una botella de agua: Tener acceso fácil al agua favorece el hábito de beber regularmente.
  5. Escucha a tu cuerpo: No esperes a tener sed para beber agua, ya que la sed es una señal de que la deshidratación ya ha comenzado.
Pareja bebiendo agua
Pareja bebiendo agua

En pocas palabras

El agua es un elemento vital para todas las personas, pero su importancia se incrementa en quienes tienen diabetes. Mantener una hidratación adecuada ayuda a regular los niveles de glucosa, previene complicaciones y mejora la salud en general.

En este Día Mundial del Agua, hagamos conciencia sobre la importancia de beber suficiente agua y fomentar hábitos saludables en nuestra vida diaria.

 

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La información proporcionada en este artículo no reemplaza la relación entre el profesional sanitario y su paciente. En caso de duda, consulte siempre a su profesional sanitario de referencia.