Las claves para llevar un buen embarazo con diabetes gestacional o diabetes de nuevo comienzo

Diabetes gestacional

“La dulce espera”, “Qué esperar cuando estás esperando” y un sinfín de títulos románticos para hablarnos sobre el embarazo. Pero ¿qué ocurre cuando le ponemos una pizca de realidad sumada? Que debemos bajar las expectativas sobre nuestro embarazo y aterrizar a un nivel terrenal. En este pueden darse diversas situaciones que no debemos temer, pero sí conocer y actuar en consecuencia. Una de ellas es la diabetes gestacional, y hoy profundizaremos un poco más sobre qué nos dicen las guías más actualizadas para hacerle frente y llevar el mejor embarazo para mamá y bebé.

En este artículo hablaremos sobre la diabetes gestacional, aquella que inicia en el segundo o tercer trimestre de embarazo y, generalmente, se diagnostica entre las 24 y 28 semanas de embarazo, aunque puede ser antes. En este artículo encontrarás más información sobre el embarazo en mujeres con diabetes ya existente.

La diabetes gestacional ocurre debido a un exceso de carga en el metabolismo de la madre que la incapacita a poder utilizar la glucosa de forma correcta. Los factores de riesgo más comunes son los mismos que en la diabetes tipo 2: la presencia de sobrepeso/obesidad, historia familiar de diabetes y la edad avanzada de la madre. A las futuras mamás se les invita a realizarse una prueba llamada test O’Sullivan en el que se mide la respuesta a ingerir 50g de glucosa. Si lo niveles salen en rangos (<140mg/dL) se descarta una diabetes gestacional y, en caso contrario, se requiere una segunda prueba para corroborar que existe. Esta segunda prueba (que puede ser única si decide realizarse solamente ésta de forma directa) es una carga oral de glucosa en la que se consumen 75gr (si es una prueba única) o 100gr (si es la prueba confirmatoria del test O’Sullivan) de glucosa (1). Tras el consumo de glucosa, se extraen muestras de sangre durante las siguientes 2 horas para ver los niveles de ésta en sangre.

Nos han diagnosticado una diabetes gestacional. ¿Y ahora qué?

Pues después del diagnóstico empieza el tratamiento. Y si te lo preguntabas, sí, depende de ti, al menos inicialmente porque recaerá en el foco de la alimentación. Lo principal será tener un peso adecuado al momento del embarazo en el que nos encontremos y, para ello, deberemos ajustar las calorías ingeridas para promover que no aumentemos de peso por encima de lo deseado. No existen unas cantidades exactas de calorías y distribución de nutrientes, pero la ingesta mínima recomendada para cualquier embarazada serán al menos 175gr de carbohidratos (podrían traducirse en dos tostadas, medio plato de arroz hervido, un plato de lentejas hervidas y 1 taza de queso fresco), 70gr de proteína (pueden encontrarse en una porción de pescado, dos huevos y un yogur) y unos 30gr de fibra (que pueden encontrarse en las tres piezas de fruta diaria recomendada y la verdura presente en comida y cena) (2).

Asimismo, deberemos fijarnos no solo en la cantidad, sino también en la calidad, enfatizando las grasas saludables monoinsaturadas (aceite de oliva, algunas semillas y aguacate) y polinsaturadas (pescado azul, frutos secos y algunas semillas) y limitando las saturadas (carnes rojas y carnes procesadas) y trans (alimentos ultraprocesados/comida rápida). También las elecciones de fuentes de carbohidratos complejos serán importantes, priorizando verduras, legumbres y cereales integrales frente a azúcar añadida, dulces y harinas refinadas (3). Puede encontrar más información específica sobre la dieta en el documento creado por la Sociedad Española de Diabetes aquí.

La práctica de ejercicio físico es importante no solo “incluso” estando embarazadas, sino que lo es con más razón todavía por estarlo. El ejercicio no solo es seguro sino beneficioso para la mamá y el bebé.

Si el control de la diabetes gestacional no es el adecuado siguiendo los pasos anteriores, es posible que se te recete algún tratamiento farmacológico complementario. En este caso, la primera línea de actuación habitualmente es el uso de insulina, ya sea con inyecciones diarias múltiples o en infusión continua subcutánea, ha demostrado ser segura para el bebé (no atraviesa la placenta) y de gran ayuda para la madre (controlando los niveles de glucosa) (4). Existen otros fármacos, como la metformina, pero su uso no está tan generalizado en embarazo como la insulina (3).

Y, ¿qué puede pasar si no lo hago?

Pues varios problemas que responden a un patrón común: como nuestro cuerpo no está usando la glucosa que ingerimos a través de los alimentos, ésta se queda en la sangre y, en lugar de ser expulsada, acaba siendo la que alimenta a nuestro bebé. Por lo que, estaremos concibiendo un bebé sobrealimentado a base de esa glucosa, un bebé obeso que pesara más de lo que debería. Así, además de la incomodidad de la madre en los últimos meses de embarazo, un bebé muy grande puede originar otros problemas para ambos (5). El bebé puede presentar problemas en su desarrollo y enfermedades metabólicas en la infancia y en la edad adulta. Como la mamá puede necesitar una cesárea para dar a luz debido al tamaño del bebé eso puede provocar daños físicos a ambos. Además, la madre al haber sufrido diabetes gestacional aumenta el riesgo per se para desarrollar problemas metabólicos tras el embarazo.

Así, tras el parto, las mujeres con antecedentes de diabetes gestacional deben someterse a pruebas de detección de diabetes tipo 2 o prediabetes pocos meses después de dar a luz y, posteriormente, mantenerlas cada 1-3 años (3).

Referencias:

  • [1] Nuha A. ElSayed, Grazia Aleppo, Vanita R. Aroda, Raveendhara R. Bannuru, Florence M. Brown, Dennis Bruemmer, Billy S. Collins, Marisa E. Hilliard, Diana Isaacs, Eric L. Johnson, Scott Kahan, Kamlesh Khunti, Jose Leon, Sarah K. Lyons, Mary Lou Perry, Priya Prahalad, Richard E. Pratley, Jane Jeffrie Seley, Robert C. Stanton, Robert A. Gabbay; on behalf of the American Diabetes Association, 2. Classification and Diagnosis of Diabetes: Standards of Care in Diabetes—2023. Diabetes Care 1 January 2023; 46 (Supplement_1): S19–S40. https://doi.org/10.2337/dc23-S002.
  • [2] Institute of Medicine. Dietary Reference Intakes: The Essential Guide to Nutrient Requirements. The National Academies Press; Washington, DC, 2006. p. 1344.
  • [3] Nuha A. ElSayed, Grazia Aleppo, Vanita R. Aroda, Raveendhara R. Bannuru, Florence M. Brown, Dennis Bruemmer, Billy S. Collins, Marisa E. Hilliard, Diana Isaacs, Eric L. Johnson, Scott Kahan, Kamlesh Khunti, Jose Leon, Sarah K. Lyons, Mary Lou Perry, Priya Prahalad, Richard E. Pratley, Jane Jeffrie Seley, Robert C. Stanton, Robert A. Gabbay; on behalf of the American Diabetes Association, 15. Management of Diabetes in Pregnancy: Standards of Care in Diabetes—2023. Diabetes Care 1 January 2023; 46 (Supplement_1): S254–S266. https://doi.org/10.2337/dc23-S015.
  • [4] Farrar D, Tuffnell DJ, West J, West HM. Continuous subcutaneous insulin infusion versus multiple daily injections of insulin for pregnant women with diabetes. Cochrane Database Syst Rev 2016;6:CD005542.
  • [5] https://www.niddk.nih.gov/health-information/informacion-de-la-salud/diabetes/informacion-general/que-es/gestacional/definicion-hechos.
Diana Díaz

Diana Díaz

La Dra. Diana Díaz Rizzolo es Nutricionista con Máster en Medicina Traslacional y en Biomedicina. Es Doctora con mención internacional por la Facultad de Medicina de la Universitat de Barcelona con estancia en el Imperial College de Londres. La Dra. Diaz Rizzolo es profesora en la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) e investigadora posdoctoral en la Unidad de Endocrinología del Departamento de Medicina de la Universidad de Columbia (Nueva York).

Más información

Compartir artículo

La información proporcionada en este artículo no reemplaza la relación entre el profesional sanitario y su paciente. En caso de duda, consulte siempre a su profesional sanitario de referencia.