Relación entre el consumo de azúcar y la hipertensión

El elevado consumo de azúcar es uno de los problemas que afectan a la salud en mayor medida en las sociedades occidentales

Hipertensión, diabetes y azúcar

El azúcar tiene un impacto negativo en el organismo de distintas formas. La hipertensión, que generalmente asociamos al consumo de sal y a factores genéticos, también se ve agravada por el consumo excesivo de azúcar. Su elevado consumo puede provocar, con el tiempo, una resistencia a la insulina que derive en una diabetes tipo 2, además de favorecer el sobrepeso y la obesidad. También es el principal causante de picos de glucosa en sangre, que complican el tratamiento de la diabetes tipo 1.

El azúcar es añadido en muchos alimentos en los que no tendía por qué estar presente. La industria alimentaria lo utiliza para mejorar el sabor de sus productos, especialmente en alimentos precocinados

¿Qué es la hipertensión?

Hablamos de hipertensión o presión arterial alta, cuando la presión que ejerce la sangre contra las paredes de las arterias por las que circula, sobrepasa los niveles normales o recomendados.

Entre los efectos de una presión arterial alta encontramos una gran variedad de síntomas. Algunos de los más preocupantes son la posible hipertrofia del corazón (aumento de su masa), debido al esfuerzo extra que este debe realizar para bombear la sangre, y el aumento del riesgo de ictus o cardiopatía isquémica.

Según la Fundación Española del corazón, el 42,6% de la población española tiene problemas de hipertensión, aunque en la mayoría de ocasiones no está diagnosticada. Esto supone un importante problema de salud pública, ya que la hipertensión es un factor de riesgo importante para una gran variedad de enfermedades, entre las que encontramos la diabetes.

¿Cómo se relacionan hipertensión y diabetes?

Las personas con diabetes pueden ser más propensas a desarrollar otro tipo de enfermedades. La hipertensión arterial es una de ellas, especialmente en personas con diabetes tipo 2, entre las que hay una prevalencia bastante elevada, alrededor del 50%.

En caso de tener diabetes, es recomendable realizar controles periódicos de tensión arterial para comprobar que te mantienes en los rangos adecuados.

El riesgo cardiovascular puede causar complicaciones de las que ya hemos hablado anteriormente como la neuropatía diabética (pie diabético) o la retinopatía diabética, entre otras. Para saber más de cómo se relacionan ambas patologías, te recomendamos que accedas al artículo Hipertensión y diabetes.

Pero… ¿Existe una relación entre consumo de azúcar e hipertensión? Veámoslo:

Hipertensión y azúcar

Cuando se verifica que la presión arterial es demasiado elevada en distintas mediciones, se diagnostica hipertensión arterial. Una de las primeras medidas que el médico te recomendará, es reducir drásticamente el consumo de sal, ya que el sodio hace que los niveles de presión arterial aumenten. Otra medida relacionada con el estilo de vida es mantener un peso adecuado, y es aquí donde el consumo de azúcar tiene un papel importante.

El azúcar se utiliza en el organismo para obtener energía, pero para que el proceso sea saludable, este se debe encontrar en forma de hidratos de carbono complejos (como los presentes en la patata y los cereales). El estómago se encarga de empezar el proceso de digestión de los alimentos, para que los azúcares puedan ser absorbidos de forma gradual en el intestino. Al consumir azúcares simples (como la sacarosa o la fructosa) estos son absorbidos más rápidamente, generando picos de glucosa en sangre y facilitando su acumulación como grasa para reserva energética y favoreciendo el sobrepeso y la obesidad.

Un peso excesivo implica que el corazón deba hacer mayores esfuerzos para hacer circular la sangre. Un bombeo más fuerte, supone una mayor presión de la sangre en las paredes de las arterias, aumentando el riesgo de padecer hipertensión.

Sin embargo, estudios recientes han demostrado que el consumo de azúcar también empeora de forma independiente la presión arterial a corto plazo tan pronto como se consume. Así pues, se puede decir que el azúcar tiene una doble relación con la hipertensión; indirecta a través de su relación con la obesidad, y directa por su papel inmediato en los valores de presión arterial.

Otros factores que contribuyen a la hipertensión

La edad avanzada o el sexo son factores de riesgo para la hipertensión. Estos no son modificables y lo único que puedes hacer al respecto es tenerlos presentes. Pero existen muchos otros factores de riesgo que sí que podemos minimizar para que su influencia en los niveles de presión arterial sea menor. Son los siguientes:

  • Tabaquismo: Dejar de fumar contribuye a hacer disminuir la presión arterial.
  • Café y bebidas alcohólicas: El café provoca un aumento de la tensón arterial. Además, si acostumbras a tomarlo con azúcar también afecta a la glucosa en sangre y al peso corporal.
  • Actividad física: Aumentar, aunque sea un poco, la actividad física diaria, reduce la presión arterial y contribuye a la pérdida de peso.
  • Reducir las situaciones de estrés: El estrés provoca la liberación de una hormona (cortisol) que hace que el organismo se mantenga alerta. Esto provoca que aumente la presión arterial, por lo que situaciones de estrés habituales, tienen un impacto muy negativo en el control de la tensión. La meditación o las técnicas de control de la respiración pueden ayudarte a reducir las situaciones de estrés

La importancia de leer las etiquetas

Como comentábamos al inicio de este post, el azúcar es utilizado para mejorar el sabor en la elaboración de muchos preparados alimentarios. Lee bien las etiquetas, fijándote tanto en los ingredientes como en la tabla de valores nutricionales. Para interpretar el listado de ingredientes, debes saber que aparecen ordenados de mayor a menor cantidad, así que si el azúcar está entre los primeros ingredientes, ya sabrás que está muy presente en la composición del alimento. Te recomendamos leer el post El etiquetado de los alimentos: Claves para leer y entender la información de las etiquetas, para aprender a interpretar la información de las etiquetas.

 

Referencias:

Compartir artículo

La información proporcionada en este artículo no reemplaza la relación entre el profesional sanitario y su paciente. En caso de duda, consulte siempre a su profesional sanitario de referencia.